¡Increíbles encuentros con criaturas misteriosas en Rusia y Texas!

Índice 👀

1. Introducción
2. La granja de mi abuelo en Rusia
   1. Violaciones de los derechos de los animales
   2. Criaturas en el bosque
3. Mi encuentro con una criatura alienígena
   1. El perro con demasiados ojos
   2. La desaparición Instantánea
4. La obsesión por descubrir la verdad
   1. Los cazadores locales y sus encuentros
   2. La búsqueda en el bosque
   3. El descubrimiento de la estructura abandonada
5. El extraño edificio y su contenido
   1. Huesos de animales por todas partes
   2. Botellas vacías y un sonido misterioso
6. El encuentro con la criatura nuevamente
   1. El ataque y la huida
   2. El misterioso hombre armado
7. El regreso a casa y la incredulidad de mi familia
8. Buscando respuestas en línea
   1. Cuentos de la abuela sobre los skinwalkers y los wendigos
   2. La experiencia aterradora en una escuela abandonada en Texas
9. Otros encuentros con criaturas misteriosas
   1. La historia de la pesca cerca de las Montañas Rocosas
   2. El avistamiento del monstruo volador gigante
10. Conclusiones y el misterio sin resolver
11. Recursos adicionales

🐕 Mi encuentro con una criatura alienígena

El año era 1990 y yo tenía tan solo 23 años. Había heredado la vieja granja de mi abuelo en Rusia, un lugar donde las regulaciones y el protocolo no eran tan estrictos como en otros lugares del mundo. Esto había llevado a numerosas violaciones de los derechos de los animales en la zona, con granjeros que cometían actos brutales contra su ganado. Sin embargo, la mayoría de los granjeros del área afirmaban que estas atrocidades eran obra de criaturas que habitaban los bosques cercanos. Y yo tenía algunas experiencias propias con estas criaturas.

Un día, mientras paseaba, vi un perro corriendo sin rumbo en el bosque. Este perro se acercó corriendo hacia mí, pero no como lo haría un animal salvaje normal. Parecía como si quisiera que lo acariciara o Algo por el estilo. Y eso fue exactamente lo que hice. Pero entonces las cosas se pusieron extrañas. Este ser parecía un perro, pero tenía demasiados ojos. Los veía moverse independientemente los unos de los otros, como si estuvieran escaneándome en diferentes intervalos. El ser lamió mi mano como lo haría cualquier mascota domesticada, pero luego volvió la cabeza hacia el bosque. Justo en ese momento, me di cuenta de lo que había visto y en un instante desapareció entre los árboles.

Sé que la mayoría de las personas no me creerían si les dijera que estaba acariciando a una criatura alienígena, pero no Podía negar lo que había presenciado. A partir de ese incidente, me obsesioné con encontrar más información sobre estas criaturas que creía que vivían entre nosotros. Sabía que eso no era un perro común y corriente. Más tarde descubrí que algunos de los cazadores locales también habían tenido encuentros con ellas, pero se negaban a decir algo más al respecto. Esto me llevó a adentrarme en el bosque cerca de donde había visto a la criatura.

Cuando llegué al lugar, vi un sendero que parecía desvanecerse en el bosque y comencé a seguirlo, procurando mantenerme al menos a unos 10 pies de distancia del borde de los árboles. Seguí el camino durante unos 20 minutos hasta que de repente terminó en un claro. Al principio pensé que me había perdido de alguna manera, pero no, había claramente un edificio allí.

El pasto frente al edificio estaba quemado, a pesar de ser invierno. Había extrañas marcas en el suelo, como si fueran contornos de tiza, y dos piedras grandes: una justo frente a mí y otra que parecía dirigirse hacia el bosque. Me acerqué para examinar las piedras, eran restos humanos sin duda, aunque no recientes. ¿Habrían estado allí antes de que el bosque se quemara? Sea lo que haya sucedido, no era natural.

Observé el resto del claro y estaba bastante vacío. No crecía nada en la tierra, ni una sola planta, solo el pasto quemado. Pero entonces noté la puerta, estaba hecha de madera y parecía enterrada en el suelo, cubierta de hojas y tierra. Limpié la mayor cantidad de suciedad posible con un palo y abrí las bisagras con cuidado. Para mi sorpresa, se abrió fácilmente.

Cuando entré, me quedé en shock. Había huesos de animales por todas partes, de alguna especie de pequeño roedor, un pájaro y un conejo. Tomé el conejo y se sintió seco y frágil en mis manos, como si hubiera estado allí durante meses en lugar de días. Me adentré más en el edificio, mirando a mi alrededor. Todo estaba en desorden, parecía como si alguien hubiera saqueado el lugar. Caminé hacia la pared trasera y vi una serie de botellas vacías esparcidas por el suelo.

En ese momento, escuché un ruido viniendo desde atrás. Me di la vuelta rápidamente y vi a uno de los perros, esa cosa, mirándome fijamente. Comenzó a gruñir y a babear mientras se acercaba a mí. Di un paso hacia atrás, no quería ser devorado por una criatura perro alienígena. Todavía estaba nervioso por mi encuentro anterior, así que retrocedí rápidamente hacia el exterior, cerrando la puerta detrás de mí.

Me senté en el suelo tratando de calmarme cuando de repente oí un vidrio rompiéndose en otra parte de la casa. ¡Oh, debe haber saltado al exterior para atraparme!, pensé para mí mismo. Empecé a correr hacia el bosque tan rápido como pude, escuchando a la criatura pisoteando detrás de mí mientras emitía unos ruidos horripilantes y desgarradores. De repente, sentí un fuerte dolor en el tobillo y caí al suelo. Había agarrado mi pierna, traté de levantarme pero no podía moverme, estaba atrapado en el suelo. Luché contra la criatura, pero era demasiado fuerte. Empecé a entrar en pánico, ¡la criatura me iba a matar ahora! Luego, escuché a un hombre gritar desde atrás. "¡Bájate, chico!", me agaché y escuché un fuerte golpe y un tirón de la criatura que se aferraba a mi pierna. Luego, el perro me soltó, miré hacia arriba y comenzó a correr de regreso hacia el bosque.

Me levanté y me dirigí cojeando hacia el claro. El hombre estaba de pie allí, con una escopeta en la mano. Parecía tener unos 30 o tal vez 40 años. También parecía asustado, como si hubiera visto algo aterrador. Antes de que pudiera decir algo, apuntó su arma hacia mí y dijo: "Mantente alejado de este lugar". Asentí y me alejé cojeando tan rápido como pude. Regresé a casa y conté lo sucedido a mi familia, pero no me creyeron.

Y aquí estoy, buscando respuestas para ver si alguno de ustedes sabe algo acerca de lo que vi ese día. Mi abuela siempre cuenta una historia cada vez que alguien menciona a los skinwalkers y wendigos. Fue cuando tenía 15 años, en un área rural de Texas. Hay una vieja escuela abandonada justo al sur de nuestro pueblo, y es común ver avistamientos de animales anormalmente grandes cerca de la escuela.

Una noche, mi abuela y un grupo de amigos decidieron comprobarlo por sí mismos. Llevaban petardos y empezaron a escuchar extraños ruidos de gorgoteo desde dentro del edificio. Así que se colaron por la ventana de la escuela, todos armados con palos y piedras porque las historias sobre lo que les sucede a aquellos que se meten con estas cosas son bastante aterradoras.

Había una habitación a un lado que estaba muy oscura, así que decidieron prender uno de sus petardos y lanzarlo allí. Y cuando lo hicieron, una gran criatura parecida a un lagarto salió arrastrándose desde la oscuridad, con los ojos brillantes de color rojo. Era enorme.

Uno de sus amigos gritó y las otras chicas buscaron sus armas, pero no pudieron encontrarlas en la oscuridad. Mi abuela sacó su navaja de bolsillo e intentó apuñalarlo, pero falló. Agarró otro palo y volvió a intentarlo, esta vez golpeó en la cabeza, pero no lo suficientemente duro como para matarlo. El monstruo se dio vuelta y corrió de vuelta hacia la oscuridad, hacia las sombras.

Lo siguieron, tratando de golpearlo con piedras para asegurarse de que no volviera, pero era demasiado rápido, seguía huyendo de ellos hasta que finalmente se subió encima de unas cajas. Luego miró hacia abajo, hacia ellas, y comenzó a reírse.

Se dieron cuenta de que se estaba riendo de ellos, y luego la criatura volteó la cabeza y vio algo detrás de ella, y se rió aún más. Luego saltó desde lo alto de las cajas y voló directamente hacia ellas, saltando de caja en caja mientras reía todo el tiempo. Hasta que aterrizó encima de la amiga de mi abuela.

Comenzó a arrancarle la chaqueta, mientras todos se quedaban paralizados mirando horrorizados. La criatura luego comenzó a arrancarse la piel, mientras la chica gritaba de dolor, y luego quedó silenciosa y quieta. Todos entraron en pánico y salieron corriendo, dejando a su amiga tendida allí. No quisieron mirar atrás para ver qué sucedió después.

Unos días más tarde encontraron su cuerpo en el mismo lugar. Le habían arrancado el brazo por completo y había sangre por todas partes. La policía llegó y tomó fotografías, pero no pudieron determinar si fue un ataque animal, un ataque humano o una combinación de ambos.

Mi abuela nunca volvió a hablar de esto y nos dijo a nosotros, los niños, que no deberíamos meternos en cosas como esa. Pero nosotros sabíamos que era mejor no creerle. No creo que nadie más haya vuelto al lugar.

Mi abuela falleció hace un par de años, yo tenía 18 años. Mis amigos y yo hicimos un viaje de pesca cerca de las Montañas Rocosas. Estacionamos el coche a unos 40 minutos a pie de la carretera de tierra. Comenzamos a pescar alrededor de las 7 de la mañana y nada parecía fuera de lo común. Sin embargo, el perro que nos acompañaba parecía inquieto por algo, a cierta distancia río abajo.

De repente, comenzó a ladrar y miró en la dirección de los ruidos. Traté de calmarlo, pero continuó ladrando mientras mi amigo y yo seguíamos pescando. Alrededor del mediodía, decidimos recoger nuestras cosas y regresar al coche. Durante todo el camino de regreso, el perro parecía ansioso y asustado. De repente, escuchamos un ruido fuerte proveniente del bosque y el perro corrió en dirección al sonido.

Intentamos seguir al perro, pero era demasiado rápido y lo perdimos en cuestión de segundos. Pasamos el resto de la tarde buscándolo sin éxito. Cuando se puso el sol, decidimos regresar temprano al día siguiente para buscar al perro de mi amigo de nuevo y empezamos a dirigirnos a casa. Conducíamos por el camino de tierra cuando de repente mi amigo se salió y tomó un sendero aleatorio que nos llevó al bosque.

Estaba un poco confundido porque ya habíamos pasado por otro camino que nos llevaba de vuelta a la carretera principal, pero sin pensarlo mucho, seguimos conduciendo por el bosque y terminamos en un pequeño camino que nos llevó a una llanura con un arroyo que lo atravesaba. El sol ya se había puesto y la Luna comenzaba a salir. Aparcamos el coche, nos bajamos para estirar un poco antes de comenzar a caminar de regreso al coche.

Mientras estábamos de pie mirando las estrellas, noté que una de ellas giraba rápidamente. Al principio pensé que me lo estaba imaginando, pero luego me di cuenta de que no se estaba moviendo en ninguna dirección, simplemente giraba muy rápido como una peonza. La novia de mi amigo levantó la vista hacia mí y dijo: "Es mejor que estés conmigo ahora mismo". En ese momento, no tenía idea de si estaba bromeando o no, así que respondí en serio: "Mira en serio".

Señaló hacia el cielo y había una criatura voladora masiva que descendía desde el cielo hacia nosotros. Tenía unos 150 pies de largo y cinco o seis pies de ancho, estaba cubierta de pelo gris oscuro, tenía una trompa como la de un elefante y enormes colmillos que sobresalían de su boca. Sus ojos brillaban en rojo y emanaba una sensación escalofriante que te hacía sentir incómodo simplemente estando cerca de ella. Todos nos quedamos petrificados mientras veíamos cómo la bestia se acercaba.

De repente, soltó un rugido ensordecedor y se lanzó hacia nosotros. La adrenalina se apoderó de nosotros y corrimos hacia el bosque gritando y tratando de encontrar un lugar seguro para escondernos. Dimos vueltas alrededor de la llanura y nos adentramos en los árboles, mientras la bestia seguía detrás de nosotros, gruñendo y rugiendo y derribando árboles a su paso.

Logramos llegar al otro lado de la llanura y trepamos algunas rocas para alejarnos de la criatura. Finalmente, divisamos una cueva y nos apresuramos a entrar. La bestia se estrelló contra la entrada y continuó rugiendo mientras nos barricábamos en la cueva. La bestia rugió durante unos minutos y luego se detuvo. Unas horas más tarde, el monstruo se marchó y salimos de nuestro escondite.

El perro de mi amigo no estaba por ninguna parte. No dijimos nada durante un rato porque ninguno de nosotros sabía cómo sentirnos al respecto. Seguíamos hablando sobre el hecho de que habíamos visto algo tan grande que podía derribar árboles y romper rocas con su cuerpo. Decidimos regresar al coche y largarnos de allí.

Cuando llegamos al coche, vimos la pata del perro de mi amigo junto al coche y una nota en el parabrisas escrita con sangre, decía: "Lo siento, no pude contenerme". Todos nos asustamos y comenzamos a llorar. No teníamos ni idea de qué le había ocurrido al perro y no teníamos ni idea de qué estaba pasando con nosotros. Comenzamos a conducir en silencio hacia casa, con el llanto silencioso ocasional de uno de mis amigos.

Nunca supimos qué demonios era esa cosa, ni queríamos averiguarlo.