Todo lo que debes saber sobre la fiebre entérica
Table of Contents
- Introducción
- Epidemiología mundial de la fiebre entérica
- Fisiopatología de la fiebre entérica
- Manifestaciones clínicas de la fiebre entérica
- Diagnóstico de la fiebre entérica
- Tratamiento de la fiebre entérica
- Prevención de la fiebre entérica
- Complicaciones de la fiebre entérica
- Portadores asintomáticos de Salmonella typhi
- Conclusiones
Introducción
La fiebre entérica es una enfermedad causada por la bacteria Salmonella entérica, principalmente el serotipo Typhi y Paratyphi. Aunque en el siglo XIX y XX fue una enfermedad devastadora, en la actualidad ha disminuido su incidencia en varios países gracias a mejoras en las condiciones sanitarias. Sin embargo, sigue siendo una enfermedad de importancia en lugares con recursos limitados y manejo inadecuado de aguas residuales. En este artículo, revisaremos la epidemiología, fisiopatología, manifestaciones clínicas, diagnóstico, tratamiento, prevención, complicaciones y la importancia de los portadores asintomáticos de la fiebre entérica.
Epidemiología mundial de la fiebre entérica
La fiebre entérica sigue siendo una enfermedad global, con una incidencia estimada de 107 casos por 100,000 habitantes a nivel mundial. Cada año, se generan alrededor de 33 millones de casos, de los cuales 300,000 resultan en muerte. La letalidad global en todas las edades es de aproximadamente 0.95, pero en poblaciones específicas como niños menores de 5 años y pacientes ancianos, la letalidad es mucho mayor. En las Américas, la fiebre entérica presenta una tasa de enfermedad de 10 por 100,000 habitantes, con una mortalidad de 0.7 por 100,000 habitantes. Aunque la carga de la fiebre tifoidea ha disminuido en América Latina, persisten focos endémicos en ciertas regiones. En Colombia, se notificaron 11 casos confirmados por laboratorio en el 2020, pero se estima que la enfermedad está subdiagnosticada en el país.
Fisiopatología de la fiebre entérica
La fiebre entérica se produce cuando la bacteria Salmonella entérica ingresa al sistema gastrointestinal y se adhiere a las vellosidades intestinales. Luego, la bacteria se transporta a las placas de Peyer y se multiplica, desencadenando una respuesta inflamatoria y liberación de citocinas que provocan síntomas gastrointestinales como fiebre, dolor abdominal y diarrea. En la fiebre tifoidea, las bacterias llegan al sistema retículo endotelial, donde se acumulan en tejidos como el hígado, el bazo y la médula ósea. Esto puede generar complicaciones como osteomielitis, meningitis y enfermedad sistémica.
Manifestaciones clínicas de la fiebre entérica
La fiebre entérica se caracteriza por la presencia de fiebre prolongada, malestar general, dolor abdominal y diarrea. En el caso de la fiebre tifoidea, los pacientes pueden presentar manifestaciones extraintestinales como tos, esplenomegalia y manchas rosadas en el tronco. Los niños menores de 5 años son los más vulnerables y pueden experimentar deshidratación grave debido a la diarrea. En algunos casos, la infección puede volverse crónica y el paciente se convierte en un portador asintomático, eliminando las bacterias en las heces durante meses o incluso años.
Diagnóstico de la fiebre entérica
El diagnóstico de la fiebre entérica se basa en el aislamiento de la bacteria Salmonella en cultivos de heces o hemocultivos. Se recomienda realizar un cultivo de heces en pacientes con síntomas gastrointestinales persistentes y severos, así como en aquellos con bacteremia confirmada. También se puede utilizar la PCR para detectar la presencia de Salmonella en muestras de heces, pero no proporciona información sobre resistencias antibióticas. Los antígenos febriles son menos específicos y solo se recomiendan en situaciones donde no haya otras opciones de diagnóstico.
Tratamiento de la fiebre entérica
El tratamiento de la fiebre entérica varía según el paciente y la gravedad de la enfermedad. En general, no se recomienda el tratamiento en pacientes con síntomas gastrointestinales leves y buen estado general de salud. Sin embargo, en pacientes menores de 3 meses, inmunocomprometidos, con síntomas persistentes o severos, o con bacteremia confirmada, se debe administrar antibioterapia. Las opciones de tratamiento incluyen ciprofloxacina, azitromicina y ampicilina con sulbactam. Es importante tener en cuenta las resistencias antibióticas y administrar el tratamiento empírico guiado por cultivos en casos graves.
Prevención de la fiebre entérica
La prevención de la fiebre entérica se basa en medidas de higiene y saneamiento adecuadas. Es fundamental promover el lavado de manos, especialmente después de manipular alimentos o tener contacto con mascotas que pueden portar Salmonella. Se debe evitar el consumo de carne y huevos crudos, así como garantizar una adecuada manipulación de alimentos. Además, es importante fomentar la lactancia materna y controlar la calidad del agua potable. Existen vacunas disponibles para la fiebre entérica, pero su uso se recomienda principalmente en viajeros a zonas de riesgo o en comunidades donde hay brotes recurrentes.
Complicaciones de la fiebre entérica
La fiebre entérica puede generar complicaciones como la perforación intestinal, que suele ocurrir en un 4-6% de los casos y requiere intervención quirúrgica. Otras complicaciones menos frecuentes incluyen la nefrolitiasis, la hepatitis aguda y la encefalopatía. En los casos graves, la fiebre entérica puede provocar falla renal aguda y síndrome de hemólisis urémica. También se ha observado un aumento en la resistencia a los antibióticos, lo que dificulta el tratamiento y aumenta la morbilidad y mortalidad asociadas a la enfermedad.
Portadores asintomáticos de Salmonella typhi
Una característica interesante de la fiebre entérica es la presencia de portadores asintomáticos, especialmente en el caso de Salmonella typhi. Estos individuos eliminan las bacterias en las heces sin presentar síntomas, lo que los convierte en una fuente de infección para otras personas. Los portadores asintomáticos pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cálculos biliares, ya que la bacteria puede ascender a la vía biliar y generar infecciones recurrentes. El tratamiento de elección para los portadores asintomáticos es el uso de quinolonas por un período de 28 días.
Conclusiones
La fiebre entérica sigue siendo una enfermedad de importancia en algunos países, especialmente en aquellos con recursos limitados y condiciones sanitarias deficientes. La adecuada prevención, diagnóstico y tratamiento son fundamentales para controlar la enfermedad y prevenir brotes. La promoción de medidas de higiene, el tratamiento oportuno de los casos graves, la implementación de vacunas y la vigilancia de posibles resistencias antibióticas son aspectos clave en la lucha contra la fiebre entérica. Además, es importante educar a la población sobre las complicaciones y la importancia de la prevención para reducir la morbimortalidad asociada a esta enfermedad.